22 AÑOS DE RISAS
Por: Andrés Talero
El pasado martes 25 de febrero algunos de los niños que se encontraban en el Hospital Infantil Universitario de San José y en el HOMI (Hospital La Misericordia Bogotá), vivieron una experiencia única y diferente, una experiencia que se preocupaba por su estado de salud, esta vez en un sentido anímico y emocional.
Todo esto debido a que la Fundación Doctora Clown, dedicada a regalarle risas a quienes más lo necesitan, estaba de cumpleaños. El día 13 de febrero celebró 22 años de funcionamiento en esta labor y la celebración se vivió el 25 de febrero. Día en que los hospitales se llenarían una vez más de colores y alegría.
Para los que nos leen por primera vez, seguro pensarán: “Pero, ¿qué será esa dichosa Terapia de la Risa?”. Bueno, en ese día nos acompañaron talentos de TZL, como lo son: Ana María Estupiñan, Violeta Bergonzi, Carolina Soto, María Clara Rodríguez y Susana Mora; quienes llegaron con una sonrisa de oreja a oreja, una disposición fantástica, la energía recargada y lo más importante, dispuestas a sacar los mejor de sí para cumplir el objetivo. Vivir un momento de paz, armonía y mucha alegría.
Así mismo, el equipo de la Fundación venía preparado con el corazón en la punta de la nariz; desde el área administrativa, área psicológica, área de comunicaciones y…¿cómo no? ¡los Doctores Clown! Estos héroes detrás de una nariz de payaso, ya que muchas veces así son percibidos por los niños y pacientes, héroes de la risa y hasta de la infancia misma, ya que más allá de sacar una sonrisa, la invitación que hacen los Clowns es a mantener siempre vivo ese niño interior; es allí donde fuimos más felices y sinceros con nuestros sentimientos. Tuvimos la compañía de Doctores Clown como: Rizadiña, Flores, Azul, Glugli, Yuh, Picarín, Animor, entre otros.
Todo empezó con la famosa Doctora Glugli, cuyo lema es “sigue mi nariz y serás feliz”. Precisamente fue ella la encargada de hacer la “bienvenida”; payasos, actores y administrativos reunidos en un círculo, cogidos de las manos. Un ‘círculo de energía’ en el cual se focalizó la atención, se dejó todo lo malo fuera del hospital, se cargó buena energía de grupo, se buscó ese niño interior o aquello que los transportará a un lugar de tranquilidad para así brindar lo mejor de cada uno.
Glugli da unas palabras de motivación, se unen todos en un abrazo grupal y manos a la obra. Es ahí donde se interioriza con el grupo a trabajar, miradas profundas a los ojos, respiración, corazón, y plena conciencia que son uno solo y así se debe trabajar, como hormigas, pero esta vez construyendo el hormiguero de la vida, el hormiguero de la esperanza.
Primero, la música se apodera de los pasillos de los hospitales, guitarras, armónicas, voces alegres, cantos infantiles y demás. De repente el ambiente es otro, ya no en un hospital frío e indiferente; sino un hospital cálido y colorido. Habitación por habitación van pasando los clowns con los talentos, algunos cantando, otros haciendo magia, otros jugando con muñecos o peluches, otros coloreando, algunos haciendo chistes e infinidad de actividades que los hacen recordar aquellos tiempos donde fueron felices, tiempos de niños, tiempos donde lo único que importaba era levantarse y jugar.
En ese orden de ideas, la pregunta sería…¿Pero ellos sí son doctores? “Yo creería que sí, sí porque el doctor es cura, debe curar y hay curas que están en la medicina, que están en la ciencia como tal, en las ciencias duras, en la farmacología, pero también hay una medicina que es emocional, no es lo mismo tener una enfermedad y afrontarla con una risa o afrontarla con una mala cara o con una actitud muy pésima; entonces sí, se llaman doctores clown y sí sanan, sanan desde la risa y sanan desde varias herramientas que tienen”. Así lo afirma Nicolás Tabares, practicante de psicología en el Hospital San José.
Por otro lado, durante los recorridos por los pasillos del hospital, se evidencia que la terapia de la risa no es solamente para quienes la dan o la reciben, sino para el ambiente en general. Así lo manifiesta Luz Adriana Neira (La Doctora Clown): “Cuando la gente se ríe en un espacio, se oxigena ese espacio, entonces realmente es una ola de bienestar que va por los pasillos, por el ascensor, por las escaleras, de cuarto en cuarto, pero que se queda ahí y es un día distinto para la gente que está ahí, ellos mismos dicen: ustedes deberían venir todos los días, no es tan chévere y no es lo mismo cuando tú no estás”.
La jornada de celebración terminó muy bien, con muchas experiencias y anécdotas que quedarían para la posteridad en la memoria de cada uno de las personas que nos acompañaron. Y sobre todo en sus corazones, donde la chispa estaría más viva que nunca después de la terapia.
El día se podría concluir con uno de los testimonios de una de las mamás: “Yo le agradezco a la Fundación Doctora Clown porque vienen a ofrecerles sonrisas y un rato amable a los niños que están pasando por esta prueba que es difícil y a veces en el camino se presentan tropiezos, pero que gracias a ustedes y a todas las personas que son voluntarias y a la idea de la doctora clown de traer sonrisas pues sacan un poco de la triste realidad a los niños y les dan fuerzas para seguir adelante”.
Es por esto, por ustedes, por sus risas, por sus niños y por sus familias que la Doctora Clown sigue creciendo y sigue trabajando día a día. Gracias.